Estábamos esperando a que las casualidades de la vida nos alcanzaran.
Deseé con todas mis fuerzas su llegada y fue tan repentina que hizo que se me detuviera el corazón.
He mencionado tantas veces su nombre que parece que siempre está aquí pero no quiero verlo.
Mi corazón nunca había estado tan apagado.
Se está muriendo sin mí y me iba a ir con él porque su mundo me incluía a mí.
La vida nos abandonó llenándonos de frío y yéndose de reversa sin parar.
Hay ciclos pero si lloras es difícil dejarlos pasar.
Si quieres enamorarte es mejor que antes prefieras la muerte,
puedes comenzar saltando por la ventana.
El mundo ya no quiere vivir tan triste y se está muriendo.
Los recuerdos duran para siempre, la felicidad no.
Es más fácil desear su regreso o escucharlos.
Pero no vivir la caída, no vivir.
Te impregnas de amor, hasta tus ojos desbordan amor.
Y el amor se acaba cuando lloras.
Llora su ausencia. Llora hasta expulsarlo de tus ojos.
Llora mucho hasta quedarte seca.
Geografía del sueño: una cartografía onírica
Hace 4 días
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