Ausentarte de la vida, hacer un recuento,
darte cuenta de que ésta desapareció hace tiempo.
Se acabó su esplendor.
El brillo que tenías lo succionó la luna
para seguir brillando y que los lobos no murieran de amor.
Morir es salvarse del infierno de la vida,
que cada segundo parece arder más.
El cielo esta diseñado para encerrar a las almas,
todas las opciones se dirigen a una sola escapatoria.
Cada vez que me voy tu recuerdo aparece,
como un fantasma implorando la paz.
Todo indica que la solución no es la muerte.
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